Fue Guadix cuna de un sueño
que todos y todas queríamos tener,
ser maestros y maestras
alguna vez.
Hace 25 años
algunos y algunas dejasteis la ciudad,
y ahora volvéis a ella
por razones de amistad.
Nuestro nombre en la solapa
sirve para recordar
que a pesar de pasar años
estamos fenomenal.
¡Cómo ha avanzado la vida
en pocos años atrás!,
ahora no nos carteamos
de un modo convencional,
enchufas el aparato
y te pones a largar.
Internet que gran invento
si te sabes enchufar,
en sus páginas encuentras
lo más original.
Este encuentro con personas
que un día dejamos atrás,
es un momento precioso
que nos van a regalar,
aquellos que con su empeño
lo han hecho realidad.
Los años dan experiencia
y eso es una gran verdad,
pero también nos han puesto
una arruguita de más.
No diremos hasta siempre,
ahora sabemos ya
que si nos lo proponemos
nos podemos encontrar,
las nuevas tecnologías
lo van a facilitar.
Que de esta reunión de amigos
salga una conclusión:
que la red que nos ha unido
mantenga nuestra amistad.
Un saludo muy cordial
quiero haceros extensivo,
y que todos por igual
se sientan aludidos.
No quiero que este final
resulte nada pedante
pero este grupo somos
una gente excelente
y siempre lo seremos.
Isabel Acosta Oller ( 7de abril de 2007)
(Leído por Mª José Corral durante la comida
en el Hotel Comercio.)
Han pasado ya algunos días
desde que celebramos
el veinticinco aniversario
de nuestra promoción
y aun me siento como en una nube,
desbordado por tantas imágenes
que se agolpan en mi memoria
y se alimentan en mi corazón.
Fue sin duda alguna
un día único y excepcional.
Seguro que nos faltaron horas
y minutos para compartir,
pues lo vivido fue tan intenso
que el rato de convivencia
se volatizó con tal rapidez,
que ahora se nos antoja un sueño.
¡Pero fue real compañeros!
Y hasta el aire en el ambiente
quiso brindarnos su esencia
con fragancia evocadora
para embriagarnos de aromas
y efluvios intemporales
que rezumaban cariño
entre todos los presentes,
y no en vapor sino a raudales.
Allí respiramos magia,
aireamos confidencias,
recibimos ternura,
compartimos el aprecio,
transmitimos ilusiones,
recordamos nuestras vidas
navegando en el pasado
y esbozamos mil sonrisas
con anécdotas y episodios
de un tiempo hoy añorado.
Fortalecimos los lazos
que un día en magisterio nos unió
y compusimos un óleo
con solo dos pinceladas:
amistad y corazón.
¡Seguid mientras podáis amigos
con esta resaca emocional
que ya se encargará la rutina
de volvernos a la realidad!
Y por si acaso sirve de aliento
permitidme recordar
que lo que os leí en el poema
sobre darle a nuestro encuentro
una periodicidad anual,
no lo puse solamente
porque me tenía que rimar.
Fue fruto de un convencimiento,
creo yo que general
de que para reencuentros tan entrañables
otros veinticinco años
no deberíamos dejar pasar.
Es por ello compañeros,
una causa noble y leal,
por la que ya estoy indagando
tratando de buscar
el lugar más idóneo
donde volvernos a encontrar.
Si mantenemos viva esta ilusión,
el blog, el correo, internet,
Ana Mª Carmona y Antonio Bailón,
¿Quién podrá resistirse
a nuestra próxima reunión?.
Un abrazo para todos,
alimentemos los recuerdos
y a seguir en conexión.
José Mª Marín
10 – abril - 2007
Apenas ayer y ya es mañana.
El tiempo en su huida hacia delante deja tras de sí la huella del pasado.
Un pasado que nunca es indiferente; por el contrario marca hitos imborrables que conforman nuestra memoria individual y colectiva.
Pasado que alimenta con sus recuerdos el presente
y señala la proyección del futuro.
Después de tantos años de andadura, el tiempo se detiene hoy.
Nosotros lo vamos a parar un instante,
utilizando la energía de los lazos que nos unió
hace veinticinco primaveras, dejando que afloren vivos
nuestros recuerdos y sentimientos en este acto
de conmemoración de la que sin duda todos
rememoramos como una entrañable promoción.
¡Es hermoso ser feliz con estas pequeñas cosas!
UN BRINDIS POR EL REENCUENTRO
Permitidme los aquí presentes:
amigos, conocidos, olvidados,
compañeros, acompañantes, reencontrados…
que interrumpa brevemente
esta agradable reunión,
para pediros un brindis,
pues lo requiere la ocasión.
Celebramos un evento
que en los tiempos que corren
suele ser inusual
y no tiene parangón:
¡Veinticinco años sin vernos
se merecen un festín,
y hasta incluso un botellón!
Un cuarto de siglo
desde que acabamos magisterio
y nos fuimos dispersando
por rutas y veredas
que nos estaban aguardando.
¡Cuántas historias! ¡Cuántos años!
¡Cuántas risas! ¡Cuántos llantos!
Por los logros conseguidos
y también los desengaños.
Evocar nuestro pasado
nos trae a la retina
recuerdos inolvidables;
melancólica nostalgia
de un instante, de un momento:
¡Un baúl abarrotado
de vivencias en el tiempo!.
Un álbum de instantáneas,
puzzle de sentimientos,
que se esconden galopando
en un rincón de nuestros adentros.
La vida, tal como suena,
en su plena inmensidad,
que siendo estudiantes,
en “La Escacciun”,
ya se empezó a fraguar.
Luego con el devenir del tiempo,
nuestro destino se iría descifrando:
los hijos, el trabajo,
la lucha, el esfuerzo,
el gozo, la pena,
la tempestad, la calma…
las pruebas que Dios nos manda.
El camino que nunca acaba
porque cada día se agranda
y se bifurca en senderos
que requieren de más garra.
¿No os parece amigos,
después de esta reflexión
que el tiempo ha pasao volando,
o es solo una percepción?
Sea como fuere
y como ahora es presente,
empecemos con los brindis,
¡Que se me duerme la gente!.
Convendréis conmigo
en que nuestro primer brindis sea
para el “alma” de este encuentro:
el compañero Antonio Bailón,
aunque dejadme que os confiese
que si él no nos “arrejunta”,
ya tenía yo apalabrao
al mismísimo Lobatón.
Por tu esfuerzo, tu constancia,
tu empeño, tu esmero,
tu tiempo y tu tesón ,
te voy a pegar un abrazo
en nombre de los presentes
y de todo corazón.
¡Un brindis por Antonio Bailón!
Y por supuesto que no me olvido
de tus dos fieles colaboradoras:
un aplauso para tu mujer
y para Ana María Carmona.
Que el segundo brindis sea
por los que en aquella época
fueron nuestros profesores:
los que están aquí presentes
y también por los ausentes.
Los conocimientos y valores
que en nosotros inculcaron,
a buen seguro que después
poco a poco maduraron
y a crecer como personas
probablemente nos ayudaron.
¡Un brindis por su labor,
paciencia y dedicación!
Bueno, ya llevamos dos sorbitos.
Como sigamos a este ritmo..
¿No pillaremos un “peito”?
Os miro a todos y pienso.
-¡Qué mala leche tiene la memoria!
¡Jugarnos esta mala pasada!
Pensar que compartimos
toda una época dorada
en nuestra plena juventud
y ahora estrujándonos los sesos
para averiguar quién eres tú.
Digamos que son
los efectos colaterales
del paso inexorable y traicionero
de un tiempo evaporado
que va dejando su huella
de modo casi despiadado.
Ahora estamos canosos, gordos,
calvos, feos y casi, casi mellaos.
¿Cómo quieres que me acuerde
de quién eras tú?….¡Cuñaaaaooooo!
Me refiero a los hombres, claro,
porque a las mujeres, ya veo,
que los años, como a un buen vino,
os ha ido mejorando
y tenéis un lustre tan fino,
que yo estoy alucinando.
Este es un momento mágico.
Hoy es un día único e irrepetible.
Reunirnos para celebrar
el veinticinco aniversario
y convivir este rato,
significa mucho más
que un acto protocolario.
La fibra sensible
que envuelve el corazón
ha despertado en nosotros
aquellos recuerdos dormidos
que un día nos unió
y que han hecho hoy posible
que pasemos un rato felices
y con autentica emoción.
Por este instante capturado.
¡Brindemos por nosotros!
¡Viva nuestra promoción!
Y ya voy acabando amigos,
que esto se empieza a alargar
y mi mujer ya me tiene
las espinillas colorás.
Os lanzo una propuesta
y así termino el poema
con un bonito final:
darle a este acto tan emotivo
una periodicidad anual,
y así tendremos una excusa
para volvernos a juntar
Así que hasta el año que viene
si nos volvemos a encontrar.
Un abrazo compañeros.
Ha sido un día genial.
José María Marín
Abril de 2007.
“Recuerdos de maestros del 82”después de 25 años.
El día 7 de Abril de 2007 celebramos en Guadix “25 años de maestros”
Nos reunimos todos en la antigua escuela y celebramos el encuentro con una magnifica comida en el Hotel Comercio.
Nos saludamos, besamos, abrazamos, sentimos y recordamos los viejos tiempos compartiendo nuestros recuerdos y vivencias. Recordamos aquellos tres años vividos en Guadix, anécdotas pasadas, sentimientos dormidos y no reconocidos que afloran a flor de piel tocándonos la fibra sensible, son unas emociones tan intensas y tan difíciles de explicar con personas que hemos compartido un tiempo de nuestra vida.
Yo estaba en la Presentación con algunas compañeras inolvidables de Tíjola (Almería).
Lola Rodríguez, Isabel María Acosta, Carmen María Masegosa, María Teresa Robles, María José Corral, Ángeles Sola, Rosalía; junto a otras de diferente lugares como Lola Rozas, Ana de la Flor, Pilar Galera, Rosa María, Ana, Mª Carmen, Toñi, Juani...
Aún recuerdo cuando por las noches nos reuníamos a cenar en las habitaciones con el pan que nos traíamos del comedor en los bolsillos de los babys y cosas traídas del pueblo. Recuerdo las fritadas, las sardinas y el riquísimo salchichón; todo con olor a pueblo, más tarde nos reuníamos a jugar a las cartas o a hablar de cosas de miedo, hasta que la madre Angustias, si hacíamos mucho jaleo cansada nos apagaba la luz.
Recuerdo las inolvidables noches de exámenes estudiando y a la vez pensando ¿podíamos aplazar el examen?. Así pasábamos la noche. Lola Rodríguez se dormía la primera, una noche le di un trozo de pastilla diciéndole que era para no dormirse y estuvo toda la noche estudiando maravillada de lo despierta que estaba y filosofando ella, ya que estudiábamos Filosofía.
Recuerdo como hacíamos como que cantábamos en las clases de Música y los nervios que pasábamos con aquella flauta en las manos si saber donde poner los dedos.
Recuerdo los exámenes de Psicología que eran tipo tets y se oía el murmullo 1A, 2C, 3B...
Recuerdo el miedo que me daba la clase de Educación Física que no la soportaba con aquel chándal azul de rayas blancas jugando al voleibol.
Que vivencias aquellas y que caminos hemos recorrido cada uno el nuestro, unos más acertados, otros menos, unos difíciles, otros fáciles, porque así es la vida; pero todos vividos con plenitud, en puntos tan diferentes de España.
Que día y que recuerdos más inolvidables de un espacio de tiempo compartido con compañeros / as y amigos / as.
Somos buena gente, sigámoslo siendo, cada uno en nuestro trabajo, familia, amigos / as, compañeros / as...
No puedo acabar de compartir estos recuerdos sin dar las gracias a todos / as las personas que han colaborado para hacer posible este maravilloso encuentro. Gracias, gracias, gracias... aquí me tenéis todos / as para lo que necesitéis.
Besos y abrazos.
Emilia Martínez García. Tíjola (Almería)
